XI Manda-miento


Y… NO CONSUMIRÁS DROGAS


“Próximus sum egomet mihi” (30)


...Y es por la tal droga que te ves tan triste, tan abatido y tan apartado de los tuyos, pero entiende, tú mismo tienes la culpa. Deja ese vicio que te va a llevar a la muerte… Y cuando eso suceda… ¿Cómo lo enfrentaremos los que tanto te amamos? ¿Qué explicación daremos a la familia? y a las amistades de la familia, cuando con el pretexto de las condolencias vengan a ver cómo vivimos, a envidiar lo que tenemos, a advertir lo que no tenemos y a restregarnos en la cara que ellos ya lo ostentan… gracias a la tarjeta Lisa.

Recapacita, ni siquiera sabemos quiénes vendrán a nuestros aposentos y peor quiénes asistirán al velorio en la sala VIP… y de ahí a la Catedral y... al entierro. ¿qué entierro…? ¡a la cremación y de ahí... al tal columbario. ¡Eso es lo que está de moda…! Pueden ser gente importante y de seguro lo serán, porque nosotros no nos llevamos con cualquiera…

¡Qué vergüenza…! Farfullarán que no te hemos disciplinado a tiempo; que no has tenido una buena educación. Dirán que te hemos educado en escuelas baratas, o que hemos permitido que te malcríes en las públicas… ¡Pero si las estoy oyendo…! Cuchichearán que te hemos dado un pésimo ejemplo; que no nos enteramos de nada…; que nosotros también hemos de tener esos vicios y hasta otros peores… Y las más filáticas chismearán, que como vivimos arrendando tenemos que trajinar con substancias ¿alotrópicas…? ¡Qué digo! Alopáticas… exponiéndonos a que alguna resentida, hasta nos denuncie…

Nuestra reputación quedaría por los suelos y después… ¡qué horror, cuando tengamos que ir al carnaval!…; ¡Y de luto…! Apenas nos miren saltarán de júbilo, porque entérate, que por el color de nuestra piel, el negro nos envejece… Qué angustia… Nos triplicarán la edad… Y yo pregunto ¿Qué justificativo daremos de tu temprano fallecimiento? ¿Y qué nomás pensarán sin llegar a decirnos? pero… de seguro lo comentarán entre ellas… Y solo Dios sabe con quién más…

¿Qué temores propagarán a los que intenten venir a radicarse en nuestra segunda tierra?; aconsejándoles que la capital atolondra y pervierte.

Adefesiosas dirán que somos adictas, que te hemos enseñado solo vicios y que por nuestros turbios negocios hemos dejado abandonadas las tierras; y, que las mansiones nadie las quiere arrendar por temor a las pesquisas.

Tú bien sabes cómo son, por un poquito de licor en las fiestas, hablan de borrachera… Reconozco y me consta que tienes excelentes calificaciones ¿será acaso que los profesores o los dueños de la universidad te socapan el vicio? o como vociferan en los lindos canales que dizque hay unos mafiosos que controlan la educación ¿serán ellos los alcahuetes…? Sé que te gusta el deporte; que sales de madrugada a trotar. ¿Será que fumas corriendo, para que desaparezca el olor?, Porque dicen que esas yerbas son apestosísimas…

¡Ay! a propósito de yerbas: en el desayuno, rechazas la leche, solo te embutes yogurt, esa áspera granola y sin pizca de azúcar. En el almuerzo, repudias la carne, no te gustan las frituras, ni las gaseosas, ni la fritada, peor el yahuarlocro, odias los postres… ¡Ah…! ¡Virgen linda…! ¡Qué desperdicio…! Y si alguien pretende instruirte respondes: “Solo el hombre inteligente tiene prisa y además… sabe comer” Como si todas nosotras no comiéramos.

¡Ah…! y cenas como guardián de mercado… ¡Solo frutas…! No me explico por qué no luces desnutrido ¿Serán acaso las vitaminas que tiene la droga…?

¡Ah! tampoco vas a la iglesia, ni siquiera has hecho la primera comunión. ¿Y si el sacerdote se niega a darte los santos óleos? Menos mal que sí estás bautizado. Aunque no quiero ni acordarme de ese día cuando conocimos a la parentela de tu taita… ¡Me muero! qué gente, qué costumbres, cómo su dejo desembuchaba su ralea y cómo ostentaban lo que nunca han de haber tenido y qué modas lucían… no había una… que saque la cara por las demás.

¡Ay…! Ahora que se ofrece, te confieso… Sí, hemos murmurado a tus espaldas, pero es por tus amistades… es que de verdad, te llevas con gente rara, solo acuérdate de ese rústico que vino el otro día, tenía unos pantalones raídos y enormes, la camisa por fuera, sin corbata, los zapatos de tela, llenos de letras, el cabello encrespado y cogido con un mugriento resorte… Cuando atrevido y coqueto me saludó con beso, me fijé que llevaba un ridículo arete y en el brazo tenía tatuado un demonio con una leyenda sobre atropellos a las buenas incertidumbres…, o algo así. ¡Ah…! ¡Virgen linda…! lo único que daba una buena impresión de él, era el violín que cargaba; o sería nomás el estuche. ¿Será que él te suministra la droga? ¡Ah…! si es él o cualquier otro, pedirás factura para que participes en los sorteos del S.R.I… Entérate que en las noches me desvelo pues cavilo y cavilo… algo le afectó a mi pobre sobrino y deduzco: fue la falta de padre ¡Ay mi pobre hermana! pero qué mal se casó, qué le vería a ese runa cerdoso y con esa nariz tan ancha y lampiño… Seguro que él te contagió el vicio; cuando embarazó a mi incauta hermana… Vivísimo, mojigato y trepador; se metió y se metió en la familia ¡Claro! buscando mejorar su calaña y... lueguito presumir del parentesco con una familia decente. El Chicaiza nomás… Oligarca de Alaunó, dizque era…

En las frías madrugadas mientras rezo y re… ¡Espera…! Espera no es Alaunó... Es Alausí.

Como te decía… mientras rezo y rezo… me convenzo de que tu situación es castigo de Dios y seguro que es porque tus padres no están juntos... Ahora todos hechos los modernos, con el tal divorcio, solucionan todo, antes no era así… nunca pasó esto en nuestra familia, todos están bien casados, con gente intachable, antepasados de alcurnia, con todas las bendiciones y hasta que la muerte los separe. ¡Ah! y con gente insigne… de resplandecientes apellidos y con el nobilísimo “Del…” o el aristocrático “De los…” ¡Ah! y con escudo a colores… Es que hemos sabido escoger lo mejor. Y si somos decentes es porque venimos de regia descendencia…

¡Ay…! si por lo menos tendrías un seguro; para que te den alguna droga o te envíen a un centro. Acuérdate que tienes que sustentar tu tesis. ¡Mmm…! Sí, sí buena idea, hay que hablar con Carlos-Hugo, que ya debe estar de general, para que nos apalanque y te internen en el Militar, ahí que te disciplinen, pues he oído que empiezan con marihuana y después pasan con drogas más fuertes, drogas que dizque contienen gasolina de avión y hasta pólvora, según dijo la Marianita en el grupo de oración.

¡Ay...! Y hablaré también con el padre Benedictus, para que celebre ¡¡La misa!! por tu juicio y así te salgan los demonios y el humo que has de tener adentro. ¡Ah...! Y te cuento; el otro día, un brujo explicaba en la televisión que después de la marihuana, pasan a la toca y de ahí a la ¿herína…? ¿harina…? en fin, no me acuerdo heroína de qué… y de allí… ¡Me muero! solo Dios lo sabe…

¡Ay Virgen Linda…, menos mal que todos los pretendientes que tuve, andan por el mundo de Cónsules, Nuncios o Embajadores y, el que más se moría por mí, dizque ahora está de “ascensor” presidencial; pobre…, era tan tímido que nunca se atrevió a decirme nada.

¡Ay…!¡Dios mío…! Cuanto te agradezco, por no permitir que me haya casado, solterita me he librado de antojos y náuseas… Y lo espantoso que hubiese sido llegar a tener hijos, para que ahora mi propio sobrino sea un mal ejemplo y los malcríe...Bien estoy así.

¡Ay…! y mejor no quiero ni pensar en el marido que me hubiese tocado, yo que soy tan amathofóbica (31) y no estoy acostumbrada a dormir estrujada… Y peor a cocinar.

¡Pero… di algo… Ismael! ¡Ismael…!

 ¡Ay!... Memuero Juraría que estabas aquí.



(30) Mi pariente más próximo soy yo.
(31) Amathofobia: pánico al polvo.