XIV Manda-mientos CUENTOS y CONVERSAS


El viejo decálogo y su adendum; 
como target frente a temas 
de: fe, política, emigración, 
burocracia, medios de comunicación 
tauromaquia, salud, tráfico 
de órganos, nutrición,
justicia social, corrupción, 
medio ambiente y… futuro.

ASIediciones
ISBN 978-9942-03-219-5
Portada: Forosweb Gráficas: Holbein, Goya, Durero y Vogtherr

rodrigoaguirrech@yahoo.com
asiediciones@latinmail.com  


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Hechos 

Se advierte tan poco acerca de la vida. ¿Por qué especular alrededor de la muerte? ¿Y persistir en legislarla…?

Sutileza lograda años ha…, cuando inermes parientes —confusos aún de su origen, e inciertos como el que mas de su fin—; cedieron al tinglado de sombríos escatólogos y lascivos eruditos en pecados ajenos, que etéreos ofrecían vida eterna por obedecer manoseados preceptos o un inevitable infierno por quebrantarlos. ¿!Pero que aún repiquen!?

¿!Qué la cordura, equilibrio y hasta la felicidad de muchos se determine por tal o cual mito!?

¿!Qué Constantinos modernos, maquillados de virtuosos, atropellen comedidos la incertidumbre de sus amados hermanos con la bravata del llanto y crujir de dientes; cuando lo que consiguen es quebrantar y constreñir las mentes; y que, atropellados no amen la vida por su esencia sino por el temor a la muerte y que traviesos acróbatas, salvaguarden con réditos su silencio y de tiempo en tiempo, embarrados de burda y conspicua seriedad; exhumen supuestos edictos arguyendo que son necesarios por la iletralidad de los iletrados!?

A inicios del crucial siglo veintiuno, cuando el género humano gracias a su juicio, habilidad y firmeza ha logrado franquear múltiples obstáculos sus usufructuarios, en constante evolución, debemos auxiliarnos con lo mejor del pasado y positivos frente a tanta información, aceptar joviales el albur del día a día. Sin disfrazar el don del asombro y, cobijados por la verdad, erradicar la inercia, remediar las fobias exigir derechos, subsanar lo que esté a nuestro alcance y soñar…, sí soñar, pero bien despiertos, apostando siempre y en favor de la naturaleza: imitando su ecuanimidad y sus radicales términos, listos a su inevitable abrazo y, mientras ese instante llegue, amar la vida, invertir en salud, reservar energía, compartir destrezas, reciclar materia viva y en la trinchera que, con sabiduría, vanidad, o sencillez enfrentemos, apurarnos lentamente a vivir con poco.

En XlV Manda-mientos, Aguirre Charvet recrea con su índice un curioso remolino de imágenes disparatadamente formales; desnuda rémoras de salvación y antifaces de poder que han deteriorado la vida de muchos y la de sus inmediatos, trajinando por tétricos escenarios y disolutos verbos; estira las piernas y más allá de diez, catorce, veintisiete o cuarenta y seis hormas; reivindica capítulos de somnolencia con chispas de vida.

Querellante, cáustico y con tres pizcas de sal, descobija aupados laberintos constatando innegables desaciertos que, por inseguridad, astucia, confusión, apegos o simplemente tinieblas… predicamos como aciertos.
O. E.



Prefacio 

Agudo, irreverente, insobornable, radical, patético, macabro, duro… son las virtudes y/o vicios que adolece este libro y por consiguiente sus personajes.

Conversan sobre XlV Manda-mientos...
¿Será que el ortodoxo Benedictus PP. XVI, amén de perder millones de indulgencias, se lance a poner yapas al Decálogo de Moisés? ¿Qué diría además el Dios de Abraham?

Xl No consumirás drogas.
Xll No acumularás riquezas.
Xlll No dañarás el ambiente.
XlV No experimentarás genéticamente.

Sospecho que el Vaticano no ha de estar muy de acuerdo con estos aumentos, especialmente con el décimo segundo: estaríamos ante una paradoja. Con los otros quizás se ajustan al siglo XXl, pues ¿en tiempos lejanos qué se iba a experimentar con genes? los que habían bastaban y sobraban. No había necesidad de manipulaciones y si no preguntémosle a Lot.

Lo del ambiente; bueno. Ahora hay más gente y menos agua, es un imperativo cuidar la casa. Lo de las drogas no es ninguna novedad Cristos y shamanes se han drogado: la mandrágora, el hachís, la ayahuasca, el opio, no ha faltado en la dieta personal ni comunitaria, sin excluir al fármaco-dependiente. Además, al meditar por horas, respirar incienso, encantarse frente a luces o velas, hasta volar en éxtasis entre mantras y campanas es como para soñar en paraísos artificiales.

Ahora, las drogas son pecado; pero las leyes han sido hechas para violarlas… en un construir y destruir cíclico.

Y el hombre —el pobre ser que mastica el polvo de su yermo planeta—, quiere salir a rastras a la tierra prometida. Se mira en el espejo de algún oasis. Mira una vez más su estigma en la frente mientras taladra sus huesos aquella frase:


“Memento, homo, quia pulvis es et in pulverem reverteris” (1) 


Martha Valdivieso Cox
(Escrito un Miércoles de Ceniza)




(1) Acuérdate, hombre, que eres polvo y en polvo te convertirás.